SÍ A LA VACUNACIÓN, NO A LA OBLIGACIÓN

 “Tu libertad termina donde comienza la mía”, esta frase, a mi parecer, puede definir muy bien la nueva situación que se nos presenta frente a la vacunación contra el COVID19.

Países como Argentina o México han adelantado que la vacuna no será obligatoria, pero sí que se harán campañas para intentar convencer a la población de que vacunarse es beneficioso para la salud. Otros, como el ministro de Salud de Chile, señaló que la vacuna debía de ser obligatoria, al menos, para los grupos de riesgo como las personas mayores o el personal sanitario.

Personalmente, no creo que la obligatoriedad de la vacuna pueda tener una reacción positiva de la sociedad, es más, es probable que ésta sienta un mayor rechazo a vacunarse. Por lo tanto, creo que los gobiernos deberían centrarse en hacer grandes campañas persuasivas para convencer a los ciudadanos de que la vacunación masiva es buena para el individuo, pero también para el conjunto de la población, ya que se lograría la inmunidad colectiva.

Esta postura puede ser arriesgada, ya que dar a las personas información sobre las vacunas no siempre aumenta la disposición a vacunarse, sino que puede disminuir la confianza en las vacunas. Pero, como he dicho anteriormente, imponer la vacunación también puede ser un arma de doble filo.

Desde mi punto de vista, obligar no es la solución. Hay que informar a la población, para que pueda tomar una decisión libremente, pero, es imprescindible saber que esa decisión puede afectar al bienestar común, por lo tanto, es un factor muy importante a tener en cuenta.

Comentarios

Entradas populares de este blog

EL ASPERGER EN LAS AULAS

CRÍTICA A LA CLASE DE PSICOLOGÍA